Hoy en clase hemos visto algunas técnicas y estrategias para poder aprender las materias impartidas en el aula, que según avanza el curso van siendo de mayor extensión y complejidad.
Aquí os dejamos los consejos vistos para que niños y padres podáis tenerlos presentes.
Memorizar
Releer,
reelaborar la información y memorizar no son fases aisladas durante el estudio;
se trata más bien de procesos conectados entre sí: desde la primera lectura, ya
se inicia el proceso de memorización.
Para
que la huella de la memoria sea duradera, deben existir tiempos de comprensión,
tiempos de fijación y tiempos de refuerzo. Y por encima de diferencias
individuales, esos tiempos deben ser complementados con intervalos de
interrupción; por ejemplo, entre un repaso y el siguiente, o entre el último
repaso y el momento en que demostrar lo aprendido. Son condiciones necesarias
para que la información se asiente, se consolide.
Pues
bien, si en el proceso de memorización la gestión del tiempo resulta
fundamental, habrá que capacitar al alumno para tomar el control de su
tiempo, es decir, conseguir una autonomía en el aprendizaje. He aquí algunos
pasos y consejos para ayudar a lograrlo:
Ocupar todo el tiempo necesario en comprender. No es
tiempo perdido, porque una vez que he comprendido la información, tardaré menos
en aprendérmela. No se aprende lo que no se comprende: se puede memorizar de
manera literal, pero no sirve para nada y se borra fácilmente de la memoria.
Estrategia
de estudiante eficaz: Prestar
mucha atención a las explicaciones en clase y preguntar cualquier duda.
Ahorrará tiempo y problemas cuando luego esté a solas frente al libro.
Reservar tiempo para sintetizar y organizar la
información.
Aunque
no me lo pidan como ejercicio obligatorio, realizo subrayados, resúmenes,
tablas y esquemas; así me aseguro de que comprendo bien todo y, casi sin darme
cuenta, empiezo a aprendérmelo.
Estrategia
de estudiante eficaz: Hacer
los resúmenes y los esquemas siempre de la misma manera (mismo papel, mismos
colores, títulos y subtítulos siempre iguales).
Ahorra
tiempo por partida doble: la rutina le llevará a ser cada vez más rápido y el
hecho de sintetizar hará que empiece el estudio propiamente dicho con la
información ya asimilada.
Elegir bien el momento de estudio. Si digo
que voy a estudiar, es que voy a dedicar toda mi atención a eso. El cansancio y
las distracciones conducen a malgastar tiempo y esfuerzo.
Estrategia
de estudiante eficaz: Elegir
autónomamente cuándo memorizar y ser riguroso; los padres y los profesores
imponen condiciones a quienes no obtienen buenos resultados, pero dejan margen
de autonomía a quienes se muestran metódicos.
Marcar un plan de repasos. Casi
siempre estudio porque en clase me marcan una meta (por ejemplo, que tengo una
prueba escrita el martes próximo), así que puedo señalar en el calendario cuántos
días antes tengo que empezar a repasar.
Cuanto
mejor se hayan cubierto las fases de comprensión y síntesis, más eficaces serán
los repasos.
Estrategia
de estudiante eficaz: Hacer
muchos repasos y que cada uno sea lo más breve posible. Pero no hay que perder
de vista el objetivo: sabérselo todo y sabérselo muy bien.